El escriba Valdemir Mota de Menezes he leído este artículo sobre las costumbres orientales en el trabajo: Usos y Costumbres de las Tierras de la Biblia.
ORIGEN DEL AGUA DE JERUSALEN
Charcos de agua en medio y en derredor de la ciudad. A través de la mayor parte de su historia, la Ciudad Santa ha dependido grandemente de cisternas privadas, las que sus habitantes han mantenido para acaparar el agua de lluvia. La ciudad misma no ha tenido a través del tiempo fuentes vivientes o manantiales dentro de sus muros. El manantial de Gihon, ahora llamado "La fuente de la Virgen", está localizado en el valle de Cedrón, apenas afuera de la ciudad de los jebuseos o Ciudad de David. El rey Ezequías construyó un acueducto o túnel desde el manantial atravesando la roca bajo la ciudad hasta un lugar en el valle de Tiropeo, donde se construyó un tanque para recibir las aguas (2 Reyes 20:20).
El estanque ha llevado el nombre de "Estanque de Siloe". El proyecto del agua fue emprendido principalmente para dar suficiente agua a la ciudad en tiempos de sitio. El estanque ha sido importante fuente de agua para Jerusalén a través de los siglos. Aquí se reúnen para lavar sus ropas las mujeres árabes de la vieja ciudad, o sus vestiduras, a sus niños. Y más allá en la boca del túnel, llenan sus jarras para llevar el agua para las necesidades familiares. A este estanque ocasionalmente viene algún pastor a lavar sus ovejas.
Otros estanques localizados en y en derredor de la ciudad que han proporcionado agua, incluyen el pozo de Ezequías, localizado dentro del muro y alimentado con agua a través del acueducto subterráneo desde el Estanque de Mamilla. Este último estanque queda a unos seiscientos cuarenta metros al oeste de la puerta de Jafa fuera del muro, y está en el valle de Hinom recibiendo las aguas que escurren de ese valle.
El estanque del Sultán queda apenas fuera de la esquina suroeste del muro en este mismo valle. El Estanque de Bethesda se encuentra dentro del muro oriental entre la puerta de San Esteban y el muro norte del cercado del templo. Fue aquí a donde muchos enfermos concurrían a bañarse en el tiempo de Cristo, creyendo que las aguas tenían propiedades curativas. Allí fue donde Cristo sanó al hombre impotente (Juan 5).
El Estanque de Salomón y el área de depósito del templo. A tres kilómetros al sur de
Belén, se encuentran tres depósitos de agua, que por siglos se les ha llamado los Estanques de Salomón. porque por lo general se cree que él los construyó. Josefo indica que fue probablemente Poncio Pilato quien los reconstruyó y ensanchó. El agua de estos estanques era llevada a Jerusalén por medio de un acueducto cavado en la roca y la depositaba en un gran receptáculo localizado en el área del templo. Aun en la actualidad el agua de este manantial se lleva a la superficie a un punto entre la Cúpula de la Roca y la Mesquita el-Aksa, con una cubeta de piel asegurada a una cuerda y pasándola por una rueda.
Los aguadores usaban "botellas" y venían aquí a llevar su agua a muchas partes de la ciudad de Jerusalén. Durante seis meses del año, cuando no llueve, el agua se escasea en muchas partes de Palestina, especialmente durante la última parte de la estación, cuando una tras otra, Tas cisternas se han ido secando y los pozos permanentes y los manantiales que siempre fluyen de los cuales se depende para el abastecimiento de agua. En tales tiempos el aguador irá a un pozo o depósito, y luego lleva su agua a aquellos que la necesitan. El puede ir por las calles de la ciudad o por el mercado gritando: "a todos los sedientos, venid a las aguas".
Ha habido tiempos en que una persona filantrópica ha pagado al aguador por el agua que él necesita y luego le deja ofrecerla sin precio a los que la necesitan. Entonces él llamará: "¡a todos los sedientos venid y bebed sin precio, sin precio!. Tales palabras nos recuerdan la invitación profética de Isaías: "A todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad, sin dinero y sin precio. (Isa. 55:1).
Agua para la Jerusalén moderna. La porción de Palestina ahora incluida en la nueva
nación de Israel ha sufrido una maravillosa transformación en lo que respecta a su acopio de agua con propósitos de irrigación lo mismo que para los usos de los hogares. Las costumbres primitivas están rápidamente desapareciendo y las costumbres modernas están tomando su lugar en las secciones judías de la tierra. La parte judía de Jerusalén tiene ahora un nuevo acopio de agua que viene de una distancia de cuarenta y ocho kilómetros de la antigua Antipatris, o el Ras el Em, localizado en la Llanura de Sarón. El agua viene de muchos manantiales allí localizados y se lleva por medio de estaciones de bombeo de relevo por una larga tubería hasta la cresta de las montañas, y de allí hasta donde está la Ciudad Santa.
La Jerusalén bajo el control de Israel se ha accidentalizado mucho con tuberías de agua en las casas. Pero en mucho de la antigua ciudad porción árabe de Jerusalén, aún se ve a las mujeres llevando jarras de agua sobre la cabeza o los hombros, y a los hombres llevando "botellas" de cuero de cabra con agua, de una manera muy parecida a la de los antiguos hebreos. Y numerosas cisternas aún conservan el agua de lluvia.
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