domingo, 10 de julho de 2011

CULTIVO Y COSECHA

El escriba Valdemir Mota de Menezes he leído este artículo sobre las costumbres orientales en el trabajo: Usos y Costumbres de las Tierras de la Biblia de Wight Fred



Cultivo y Cosecha del Grano

Las numerosas referencias al cultivo del grano en la ley de Moisés indica que se
esperaba que los israelitas vinieran a ser un pueblo agricultor después de la entrada a la tierra de Canaán, y que el cultivo del grano viniese a ser una de las principales industrias. Es un hecho notable que los métodos que usaban para cultivar y cosechar el grano son virtualmente los mismos que han usado los agricultores árabes en Palestina por siglos y hasta la actualidad.


PREPARACION PREELIMINARÍA PARA PLANTAR EL GRANO

Se espera la lluvia antes de arar la tierra. En Palestina el barhecho se hace después
que las primeras lluvias han suavizado la tierra (cf. Sal. 65:10). Estas lluvias usualmente llegan los últimos días de octubre o los primeros días de noviembre. Si no vienen en este tiempo, entonces el agricultor debe esperar hasta que vengan antes de barbechar su tierra. Job dice:
"Esperábame como a la lluvia" (Job 29:23). Y Jeremías describe la falta de lluvias así: .que se resquebrajó la tierra a causa de no llover en el país; los labradores, cubrieron sus cabezas" (Jer. 14:4). Una vez llegaba la lluvia, el labrador industrioso principiaba el barbecha de su tierra. "El perezoso no ara a causa del invierno" (Prov. 20:4) Tal hombre se recoge en su hogar y disfruta del calor del fuego pero no cosechará. El Dr. Thompson dice de un año en que los agricultores esperaron hasta el mes de febrero por lluvia suficiente para poder arar sus tierras para la cosecha del grano. La cosecha vino tarde, pero fue muy abundante.






Preparación para arar las tierras.

El labrador se prepara para labrar su tierra después que las primeras lluvias principian a caer si no lo hizo antes. Pasará los días asegurándose que su arado esté en buenas condiciones, y está listo para entrar en acción. Necesita cortar y afilar un nuevo aguijón para animar a su yunta de bueyes. También tendrá que ver que el yugo está
listo y se adapta bien a los cuellos de los animales. Un yugo pesado o de mala forma desuella a los bueyes. El Señor Jesús habló de "el yugo suave" que prometió a sus seguidores (Mat. 11:30). Cuando la tierra se ha suavizado lo suficientemente por las lluvias, entonces el barbecho de la tierra puede principiar.


EQUIPO USADO PARA BARBECHAR

El Arado.

Se construyen en Siria y Palestina un tipo de arado con dos vigas de madera
que se ensamblan y en la extremidad enfrente se engancha el yugo; en la extremidad trasera está asegurada la hita en cruz, la parte superior que sirve como mango o mancera, y la parte inferior a la que se asegura la reja de hierro. A en la actualidad se ve en muchas de las tierras bíblicas arando en lo que pudiera llamarse una "vara horquillada". Los escritores de Biblia a menudo mencionan rejas de hierro (1 Sam. 13:20, etc.). Estos arados pueden, sin mucho trabajo, convertirse en espadas para la guerra. Por eso el profeta Joel dice: "Haced espadas de vuestros azadones. (Joel 3:10). Exactamente al revés de esta profecía se sugirió por los profetas Isaías y Miquéas al predecir la edad de oro (Isa. 2:4; Miq. 4:3).


El yugo.

El yugo es un pedazo de madera tosca que se adapta al Pescuezo del ganado.
Dos palos se proyectan hacia abajo a los lados, Y una correa al final de estos palos que pasa bajo el pescuezo del animal que mantiene el yugo en su lugar. De estos yugos de madera a menudo se habla en las Escrituras (Jer. 28:13 etc.).

El Aguijón.

El aguijón lo lleva en la mano el nativo cuando ara. También se usó en tiempos bíblicos. Es una vara de madera que varía en tamaño y es de metro y medio hasta dos
o más, con una punta aguda. Con ésta el agricultor puede hacer apresurar los bueyes en su movimiento lento. Fue con un aguijón por el estilo Samgar mató a seiscientos filisteos (Jue. 3:31). La convicción de pecado que vino a Saulo de Tarso llevándose a su conversión la comparaba con los piquetes de un aguijón (Hech. 26:14).

ANIMALES USADOS PARA ARAR

Uso de los bueyes.

En los tiempos bíblicos casi exclusivamente se usaban los bueyes para arar las tierras. Por esta razón la expresión "un yugo" se usaba por los hebreos con lo que querían dar la medida de tierra que un yugo de bueyes podía arar en un día. (cf. 1 Sam. 14:14;
Isa. 5:10). Bueyes, como usaban el término los hebreos, quería decir animales de ambos sexos. Se usaban las vacas lo mismo que los bueyes con propósito de formar el tiro, pero estos últimos los castraban. Esto explica la razón de la ley que especificaba lo concerniente a una vaquilla usada para el sacrificio, fuera "sobre la que nunca se puso yugo" (Núm. 19:2).

La ley de Moisés prohibía que se arase con un buey y un asno en un mismo yugo (Deum 22:10). El Apóstol Pablo habla del "yugo desigual" en relación con unión de creyentes y no creyentes (2 Cor. 6:14). En la actualidad los árabes usan los bueyes para arar, aunque algunas veces usan camellos, o un buey y un asno, y a veces un camello y un asno.







PREPARACION DE LA TIERRA PARA LA COSECHA


Arar.

El barbecho de la tierra a la manera oriental es muy primitivo. El arado, es cuando
más un simple instrumento que puede llevarse, si es necesario a una distancia de tres
kilómetros hasta el lugar del trabajo por el agricultor. Por supuesto, en relación con los
implementos modernos, puede decirse que apenas araña la tierra. El que ara mantiene la mancera del arado en una mano, y en la otra lleva el aguijón con que anima a los animales.
Jesús dijo: "Ninguno que poniendo la mano al arado mira atrás, es apto para el reino de Dios" (Luc. 9:62). El describió con exactitud la operación al decir "la mano", es decir una, más bien que las dos como en el caso de un agricultor occidental. Sería fatal para el agricultor palestino mirar hacía atrás, porque el implemento es tan ligero, que el trabajador a menudo tiene que cargarse sobre él con todo su peso para evitar que salga del surco.

Los agricultores orientales algunas veces aran juntos, cada quien teniendo su arado y
yunta de bueyes, y siguen de cerca al que precede. Esta clase de club de agricultores se
adopta como protección de los ladrones beduinos, y también porque se desea la cooperación cuando las haciendas trigueras son grandes. Eliseo fue encontrado por Elías arando con otros once gañanes y un total de veinticuatro bueyes (1 Reyes 19:19).

El uso de zapapico.

Cuando la tierra está dura, en las laderas rocosas no es posible usar el arado. En esos lugares, si el agricultor es industrioso, preparará la tierra usando el pico o el azadón. Isaías habla de "montes que se cavaban con azada" (Isa. 7:25). Usando este instrumento, todo el terreno se aprovecha para la siembra.

El agricultor oriental muy raras veces usa fertilizante en sus tierras al cultivar el grano.
Algunas laderas usadas por el labrador para su sembrado tienen una cantidad pequeña de piedras calizas, diseminadas en él. Parte de la caliza de las piedras se disuelve con las lluvias, y revolviéndose con la tierra la enriquece para una buena cosecha de granos. Estas piedras son las encargadas de fertilizar la tierra. Los judíos modernos que vuelven de Occidente a labrar sus tierras, le añaden varias sustancias químicas del Mar Muerto como fertilizantes para su terreno. No se hace ninguna mención en la Biblia de fertilizar la tierra para las cosechas de granos. Jesús mencionó en una de sus parábolas la estercoladura de la higuera. (Luc. 13:1-9).










LA SEMBRADURA

Clases de grano que se siembra. Hay varias clases de grano que se usa en Oriente.
Las dos principales clases de granos que se cultivan en la antigua Palestina eran trigo y cebada. En Antiguo Testamento se menciona una vez el uso del mijo (Ezeq. 4:9). En los tiempos modernos, tanto el arroz como el maíz, se usan en Palestina, aunque el primero se importa principalmente.

Cuándo y cómo se siembra la semilla.

El labrador, por lo regular, lleva la semilla a su campo en un saco grande, sobre un asno, después, la bolsa de cuero que lleva bajo el brazo la llena con la milla del saco grande. Como regla general la semilla se esparce en todo lo ancho de la tierra, y luego se cubre por medio del arado, a menudo el sembrador camina a lo largo del
terreno esparciendo semilla, y luego uno de la familia o algún sirviente, si es que se tiene uno, le sigue directamente con el arado. La palabra bíblica «sembrar" que se usa en el Pentateuco (Gén. 26:12; Lev. 25:3, etc. quiere decir "esparcir la simiente".

La siembra, como la ilustra Jesús en sus parábolas. El proceso de la siembra y lo que
sucede a la semilla, está muy bien ilustrado en la parábola del sembrador. No podría
encontrarse un mejor cuadro del proceso oriental de sembrar el grano, que él que da hace Jesús en esta parábola (Mat. 13:3-8; Marc. 4:3-8; Luc. 8:5-8).
"He aquí el que sembraba salió a sembrar. Y sembrando, parte de la simiente cayó
junto al camino; y vinieron las aves y la comieron" (Mat. 13:3, 4) –

Había muy pocos caminos en conforme al uso moderno de la palabra, hasta que los romanos construyeron sus caminos, y éstos sólo conectaban los lugares más portantes. Porque se viajaba, ya fuera a píe, o por medio de asnos y camellos, sobre simples veredas, que era lo que había. Estas veredas eran cedidas para el uso público según costumbre antigua. Si tal vereda atravesaba la tierra de algún labrador, él araba la tierra hasta las orillas de la angosta vereda, pero la dejaba libre para el uso de los viajeros. Los evangelios sinópticos nos dicen de Jesús y sus discípulos cómo
viajaron de esa manera al través de un campo de trigo (Mat. 12:1; Marc. 2:23; Luc. 6:1).
Setos o cercas raramente se colocaban a lo largo de tales veredas. Cuando el labrador esparcía la simiente, alguna naturalmente caían sobre el camino y no siendo cubierta por el arado, pronto los pájaros, al descubrirla, se la comían.

Y parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y nació luego, porque no
tenía profundidad de tierra. Mas en saliendo el sol se quemó; y secóse porque no tenía raíz" (Mat. 13:5, 6, ). La idea aquí no es de una tierra plagada de piedras, sino de una capa delgada de tierra que apenas cubre la roca debajo. En estas condiciones el grano nacía pronto, pero por carecer de raíces profundas, se secaba por el fuerte sol y no llegaba a madurar.

.Y parte cayó en espinas; y las espinas crecieron, y la ahogaron". En Palestina y en
Siria existen muchos arbustos espinosos que crecen cerca del grano en el campo y algunas de ellas crecen entre el grano. El labrador nativo usa estos arbustos espinosos en el verano para hacer fuego y cocinar su comida, de allí que no sea tan cuidadoso para quitarlos de los lugares vecinos, y por eso algunos de ellos ahogan el trigo o la cebada cuando es pequeña.

"Y parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cual a ciento, cual a sesenta y cual a treinta".
Los labradores nativos de las tierras bíblicas siempre tienen muy pocas ganancias de la simiente que siembran, porque sus métodos son primitivos. Pero hay ejemplos de buenas cosechas en tiempos modernos. El Rvdo. George Mackie, que fue misionero en Siria, ha dicho: "La tierra es en muchos lugares excesivamente fértil, y la utilidad corresponde a la cifra arriba citada en la parábola". Cuando Isaac sembró la rica sección del Negeb del sur de Canaán, dice la Escritura: "Y sembró Isaac en aquella tierra y halló aquel año ciento por uno" (Gén. 26:12).

ENEMIGOS DEL GRANO

Los Pájaros son enemigos del grano. En el Oriente, grandes parvadas de pájaros a
menudo siguen a los sembradores, cuando siembran la semilla, para cogerla, si acaso pueden, cuando la esparcen. Algo de la semilla así se pierde antes que el arado la cubra. Aquella que llega a caer en el camino instantáneamente es devorada por las aves (Marc. 4:4).

La Cizaña también es enemiga del grano. En su parábola de la Cizaña, Jesús dice:
"Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró el cizaña entre el trigo" (Mat. 13:25). En la Tierra Santa a la cizaña a menudo se le llama "trigo silvestre", porque se parece al trigo, sólo que sus granos son negros. El Dr. Thompson dice lo siguiente respecto a la cizaña:
"El nombre árabe para la cizaña es zawan, y abunda en todo Oriente; y es una gran
molestia para el agricultor. El grano es pequeño, y se encuentra en la parte alta del tallo, el que permanece peladamente erecto. Su sabor es amargo, y cuando se come
separadamente o cuando se diluye en el pan ordinario, causa vértigos y a menudo
actúa como vomitivo. Es pues un fuerte veneno soporífico, y debe cuidadosamente ser
separado, y sacado del trigo grano por grano, antes de molerlo de otra manera la harina no es saludable. Por supuesto los agricultores desean ardientemente exterminarla, pero eso es casi imposible".

El Fuego es otro de los enemigos del agricultor. En Palestina los árabes dejan que el
trigo se madure mucho, y así tan seco como una yesca lo cortan. Las espinas crecen, por lo general, en derredor del campo de trigo, y algunas veces mezcladas con el grano, y así es muy fácil que un fuego que principia se propague por medio de las espinas y extenderse al trigo; y es muy difícil mantener un campo de trigo fuera de su alcance. La ley de Moisés tenía un sabio reglamento acerca del fuego en relación a los campos de trigo: "Cuando hubiere un luego y hallare espinas, y fuere quemando montón, o aza, o campo, el que encendió el fuego pagará lo quemado" (Ex. 22:6).

Las langostas son un enemigo muy temido por los agricultores. Tal vez estas criaturas
son el enemigo más odiado del agricultor palestino. Son muy semejantes a los chapulines que conocen los occidentales. Cuando alcanzan la proporción de una plaga, son realmente una vasta multitud (cf. Jueces 6:5; 7:12) - Llegan a ocupar un lugar tan extenso como el de quince a Veinte kilómetros de largo y seis a ocho kilómetros de ancho. Se dice que marchan como un ejército. El libro de los Proverbios nos relata un hecho interesante acerca de ellas: "Las langostas no tienen rey, y salen todas acuadrilladas" (Prov. 30:27). Cuando el tiempo está frío y el aire húmedo, si llegan a mojarse con el rocío, entonces se quedan quietas allí donde está, hasta que el sol las seca y calienta. El profeta Nahum las describe así: "Que se sientan en vallados en días de frío, salido el sol se mudan" (Nahum 3:17). El profeta Joel describe el juicio del Día del Señor en términos de una invasión de langostas. La plaga de langostas oscurece la luz del sol a causa de su gran multitud (Joel 2:2). Antes de su venida, la tierra será como el Edén, pero cuando se van, queda como un desolado desierto (Joel 2:3). Su apariencia se compara a la de los caballos, porque la forma de su cabeza se parece a la del caballo (Joel 2:4). Hacen un gran ruido cuando comen (Joel 2:5). La consternación que causan al pueblo de la tierra puede describirse así: "Delante de él temerán los pueblos" (Joel 2:6). Son capaces de entrar por las ventanas y saltar las tapias o por las puertas de las casas (Joel 2:9). El hecho terrible es que algunas veces un enjambre de langostas tras otro puede invadir la misma sección de terreno. El Dr. Keil piensa que esto es lo que Joel 1:4 describe, más bien que las diferentes faces en el desarrollo de la langosta. El traduce literalmente este versículo, así: "Lo que quedó de la roedora, comió la multiplicadora, y lo que quedó de la multiplicadora, lo comió
la lamedora, y la devoradora comió lo que de la lamedora había quedado".


Los ladrones también son grandes enemigos del agricultor. Esto es cierto especialmente en los tiempos modernos cuando el gobierno ha sido estable y eficiente, así como bajo el yugo de los turcos. En estas condiciones, cuando el grano se ha plantado distante de villas donde los agricultores viven, o si ha sido plantado a un cercano territorio de alguna de las tribus feroces de árabes beduinos, hay riesgo de perder la cosecha, o al menos parte de ella. En muchas ocasiones en tiempos bíblicos, Israel perdió su cosecha que se robaron sus enemigos. Esto fue el caso especialmente en tiempos de los jueces. "Pues como los de Israel habían sembrado, subían los madianitas, y los Amalecitas, y los orientales" (Jueces 6:3).

Estando los enemigos cercanos, las cosechas se encontraban siempre en peligro de perderse, y aun la semilla era tomada a menudo. Así que el agricultor rústico es muy pobre, y su suplemento de semilla pan siembra no es mucha, él continuará sembrando su semilla con cierto temor y temblor, pensando si levantará su cosecha o el se la quitará.. Como los sentimientos de los orientales son fácilmente cambiados, uno puede imaginárselos yendo con lágrimas a sembrar, luego si la cosecha llega a madurar, con regocijo la recogerá, es el cuadro que el salmista tenía en mente cuando escribió lo que sigue: "Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán, andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas" (Sal. 126:5, 6).

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